Manta romántica de log cabins

Por allá en el 2014 me vine muy arriba y empecé un macroproyecto con toda la ilusión del mundo. La idea era hacer una manta romántica para cuando viniera el frío.



Escogí las telas, las corté una a una y me dispuse a hacer los pAtrones de todos los log cabins que necesitaba. La técnica del log cabin me encanta: es la perfecta unión entre la creatividad y la rectitud de coser un trozo tras otro siguiendo un esquema casi matemático.



Cosí un par de cuadrados para ver si la combinación era la que quería.
Y poco a poco el proyecto empezó a tomar forma...




Cuando tuve todos los log cabins cosidos, empecé a unirlos entre ellos. Me volvía loca sumando y restando. Cada log cabin tenía 13 trozos, y para hacer la manta entera necesitaba 63 log cabins.

(Apunte para lectores: dejad de sumar porque parezco una loca del coño si os digo que llegué a coser más de 819 trocitos...  ;)



Por el verano de 2015, el proyecto ya parecía una manta, había unido todos los log cabins y mis dos gatos ya sabían que ese invierno iban a intentar conquistar mi cama a toda costa :)







Después uní la parte delantera, la guata y la trasera con imperdibles especiales. Os lo recomiendo si odiáis este paso :) Son imperdibles que están torcidos (y parecen defectuosos) pero son muy fáciles de poner y te permiten unir sin perder mucho tiempo en el proceso.



Con todo esto hecho, solo quedaba un último paso y, bajo mi punto de vista, el más duro: ACOLCHAR. Odio acolchar a mano pero reconozco que es un acabado muy bonito y como en terquedad no me gana nadie... Me dejé los dedos, los ojos y me enganché a un sinfín de series malas y sin argumento que me permitían poder coser mientras las miraba sin perder el hilo del argumento. En ello invertí más de un año.

En 2016 me prometí a mi misma que terminaría este proyecto antes de la llegada del frío. Y lo cumplí.

Os dejo con orgullo el resultado final. Espero que os guste tanto como a mi la manta romántica :)
(Gracias Carol y Laura por ayudar con las fotos)




PD: Le dedico este post al coautor de esta manta. Él no ha cosido ni un solo trozo pero ha sido el impulsor del proyecto: ha copiado el patrón de log cabin decenas de veces, me ha animado a seguir cuando decía "lo dejo",  me ha dejado el comedor como campo de batalla, ha castigado a los gatos por dormir encima de la manta a medio terminar...
Por todo y más, esta manta romántica es para ti y para mi.

Y también se lo dedico a mi gato negro Minus. Que a pesar de salir en las fotos ya no está aquí para poder disfrutar la manta. Te echamos mucho de menos, peludito. Gracias por compartir 14 años de locuras a mi lado.

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